(Argentina, 1928 – Francia, 2006)
A temprana edad comenzó a estudiar piano y desarrolló su afición por la lectura. En 1945 conoció al poeta Juan Rodolfo Wilcock quien lo vinculó con la elite intelectual porteña, donde forjó lazos de afecto con algunas de sus figuras más singulares, como Alberto Greco, Manuel Mujica Lainez, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, que lo invitaron por primera vez a Europa en 1954, o María Elena Walsh, que le dedicó la “Zamba para Pepe” en 1968. En los años 50 trabajó para la Editorial Abril como guionista de fotonovelas y redactor en la revista Claudia. En 1963 se estableció definitivamente en París, donde llevó una vida bohemia. En los años 70 publicó sus primeras crónicas periodísticas en la revista argentina Semana gráfica y comenzó a trabajar como corresponsal para la Editorial Abril. Con el fin de ilustrar sus artículos, empezó a realizar sus primeras fotografías profesionales. Hacia finales de esa década sus imágenes no sólo se publicaban en revistas argentinas, sino también en importantes publicaciones europeas. Se transformó en el retratista ineludible de actores, músicos, deportistas, artistas y escritores argentinos y latinoamericanos que visitaban París. Los retratos nunca eran realizados en estudio, su carisma y su sensibilidad le permitieron establecer una intimidad y una complicidad con sus retratados que se revela en las imágenes. Expuso sus trabajos en París, Nueva York, Buenos Aires, México y Budapest. En 1991 presentó una exposición individual en la Fotogalería del Teatro General San Martín, organizada por Sara Facio. En 2004 realizó su última exposición individual en el Centro de Arte Moderno de Madrid.
A temprana edad comenzó a estudiar piano y desarrolló su afición por la lectura. En 1945 conoció al poeta Juan Rodolfo Wilcock quien lo vinculó con la elite intelectual porteña, donde forjó lazos de afecto con algunas de sus figuras más singulares, como Alberto Greco, Manuel Mujica Lainez, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, que lo invitaron por primera vez a Europa en 1954, o María Elena Walsh, que le dedicó la “Zamba para Pepe” en 1968. En los años 50 trabajó para la Editorial Abril como guionista de fotonovelas y redactor en la revista Claudia. En 1963 se estableció definitivamente en París, donde llevó una vida bohemia. En los años 70 publicó sus primeras crónicas periodísticas en la revista argentina Semana gráfica y comenzó a trabajar como corresponsal para la Editorial Abril. Con el fin de ilustrar sus artículos, empezó a realizar sus primeras fotografías profesionales. Hacia finales de esa década sus imágenes no sólo se publicaban en revistas argentinas, sino también en importantes publicaciones europeas. Se transformó en el retratista ineludible de actores, músicos, deportistas, artistas y escritores argentinos y latinoamericanos que visitaban París. Los retratos nunca eran realizados en estudio, su carisma y su sensibilidad le permitieron establecer una intimidad y una complicidad con sus retratados que se revela en las imágenes. Expuso sus trabajos en París, Nueva York, Buenos Aires, México y Budapest. En 1991 presentó una exposición individual en la Fotogalería del Teatro General San Martín, organizada por Sara Facio. En 2004 realizó su última exposición individual en el Centro de Arte Moderno de Madrid.